top of page
Search

ENTRE MEDIAS Y ENCAJES...

  • Writer: Apollo Sexywear
    Apollo Sexywear
  • Feb 26, 2022
  • 4 min read

Mi historia con la Lencería

Mi viaje por el mundo de la lencería comenzó desde la niñez; mi madre contaba que cuando era pequeño, siempre buscaba la oportunidad de acariciar las piernas de cualquier mujer que llegara a mi casa usando falda, pantimedias o medias; esta anécdota la contaba con cierto orgullo, pues su hijo menor desde chico ¡había sido muy coqueto con las mujeres!… nunca se imaginó que tal vez las verdaderas intenciones de su bebe de dos añitos eran constatar la calidad de los materiales y pensar qué le convendría más usar en un futuro.

El siguiente paso fue -supongo- parecido al de muchos de nosotros en la comunidad LGBTTTI+. Durante la adolescencia, época de autoconocimiento y exploración, tuve la primera oportunidad de probarme -a escondidas, claro está- unas medias que “convenientemente” se le habían perdido a mi mamá, lo mismo que algunos tacones, y algunas otras cosas de su clóset. Entonces, me di cuenta que eso me agradaba mucho, y aunque sabía que si era sorprendido tendría problemas, no deje de hacerlo y disfrutarlo cada que tenía ocasión.

Recuerdo que ese primer par de pantimedias me dieron una sensación de caricia, de compresión en las piernas y en las nalgas, al mismo tiempo que una suavidad nunca antes sentida, y marcó lo que sería para mí el inicio de un excitante camino de descubrimiento que continúa hasta la fecha… Además, esas pantimedias revelaron formas y curvas en mi cuerpo que no imaginaba que estaban allí y que definitivamente me parecían sexys.

En mi juventud, aparecieron los primeros shorts de lycra y mallas de ejercicio, que ya sin tener que esconderme para usarlos, me seguían proporcionando esa sensación maravillosa de suavidad y caricia, que iniciaba y mantenía mi excitación hasta el éxtasis en el momento oportuno.

Las prendas deportivas de lycra y otras fibras elásticas, vinieron acompañadas con tangas masculinas, que me provocaban nuevos estímulos. Adicionalmente, podía usar estas prendas debajo de mi ropa de calle, sin que nadie lo sospechara… Ésto me hacía sentir diferente y especial, un transgresor de lo convencional.

Respeto y tengo queridos amigos de todos los colores del arcoíris, pero a mí no me interesaba el travestismo, yo simplemente era un hombre al que le gustaban los hombres y la lencería.

Durante mucho tiempo creí que era el único de mi clase, porque mis parejas criticaban mis gustos por no ser acordes a la expectativa gay:

“A nosotros nos gustan los hombres que parecen hombres”, me decían.

Lo curioso en mi caso, es que a pesar de gustarme y usar esas prendas íntimas femeninas, nunca he sido alguien “afeminado”.

Ya como adulto, una cosa me llevó a la otra, y con las gratas experiencias de la adolescencia y juventud, empecé a comprar y usar todo tipo de prendas hechas de fibras elásticas, suaves, transparentes y sensuales que hacían lucir mis atributos masculinos; cabe decir que nunca me llamó la atención cambiar de género, nunca quise ser ni parecer mujer.

A pesar de las críticas de parejas y amigos en relación a mi gusto por la lencería, siempre guardé la esperanza de conocer a alguien que compartiera ese interés conmigo, aunque no fue fácil… Durante largos años, mi preferencia por las medias, bodys, transparencias, ligueros e incluso tops femeninos, me había llevado a tener una colección escondida que usaba únicamente cuando estaba solo, para vivir por unos momentos en ese mundo de sensaciones prohibidas, no sólo para los hombres heterosexuales, sino también para los gays tradicionales.

Ése era yo… Un gay con gusto por usar lencería, pero que tenía que vestirse con famosas y caras -pero aburridas- marcas internacionales de ropa interior para encajar con parejas y amigos.

Afortunadamente, lo único constante en la vida es el cambio, y llegaron las redes sociales a cambiarnos la vida a todos…

Gracias al consejo de un amigo, empecé en el 2015 a compartir mis primeras selfies en lencería en Instagram, las cuales tuvieron una aceptación inesperada para mí, y mi cuenta pasó de unos poquísimos seguidores -amigos cercanos todos- a decenas, luego cientos, hasta alcanzar miles de seguidores y cientos de “likes” para cada foto, así como mensajes de apoyo, admiración, felicitación y claro, propuestas sentimentales de todo tipo.

Para mí fue una grata novedad descubrir que cada vez más gente apreciaba un cuerpo masculino en lencería, y que aumentaban las tiendas que se atrevían a vender ropa interior para hombre con encajes y transparencias, independientemente de su identidad de género o preferencia sexual.

Lo anterior, me llevo a acrecentar de manera importante mi colección de prendas de lencería e incluso a hacer mis propias creaciones, a partir de ropa de lycra o medias ya existentes, modificándolas para crear y lucir algo diferente para mis seguidores.

Y así, gracias a diversas redes sociales, empecé a conocer mucha gente con gustos afines al mío, y también entendí que algunas personas le tienen miedo e incluso rechazan el uso de prendas tradicionalmente consideradas solo para mujeres, lo cual considero que es un prejuicio cultural derivado de la concepción binaria de la sexualidad y de la definición de lo que es aceptable socialmente para cada género en cuanto al vestido y el arreglo personal.

En el año 2016 conocí a mi actual pareja, quien comparte mis gustos y ha sido mi mayor apoyo y cómplice; juntos hemos observado cómo en las redes sociales -y en especial en Instagram- cada vez hay más cuentas con usuarios que postean y recrean fotografías que yo he subido a lo largo de cinco años, confirmando que el gusto del hombre promedio -gay o heterosexual- por la lencería va en aumento, y que no importa la complexión, raza, identidad de género o preferencia sexual, todos -más allá de edades y nacionalidades- se están liberando y disfrutando de esas sensaciones reprimidas y negadas por simples convencionalismos sociales y culturales, presumiendo al mundo su lencería masculina.

¡Viva la libertad de sentirte sexy

y ser tu propio objeto del deseo!


Escrito por Nacho Amez


Instagram: @sxbody007



Fotografía: Rodolfo Zacarías

Locación: MK Dreamakers Headquarters • Ciudad de México • MÉXICO


 
 
 

1 Comment


jhonydanz
Dec 22, 2020

Amo la lycra, la lencería sexy, erótica y sensual.

Las ligas, pantymedias, corset, las tangas, colaless, hilos dentales, botas altas bucaneras, minifaldas, jeans muy ajustados, mallas, leggings, etc.

Me excitan, dan placer sensual, me satisface y da alegría.

Incluso me da una sensación deliciosa de ser una puta muy hot pero serena y dulce...

Uff...!!! Es muy rico y exquisito ser así...


Like
  • Instagram
  • Twitter
  • Facebook

©2022 by Apollo Sexywear.

bottom of page